Se representa con una línea que no es recta y que simboliza las decisiones, y sus consecuencias, que toma una persona a lo largo de su vida.
Cada persona tiene su propio Unalome porque cada uno es diferente y tiene sus propios miedos, esperanzas, sueños, decepciones... Así como cada uno aprende de la vida de una forma distinta.
La espiral simboliza el comienzo de una vida, el nacimiento, y junto con el resto de curvas en la línea, representa los giros que toma la vida de una persona; sus miedos, sus inseguridades, su perseverancia y los cambios en la experiencia personal de cada uno.
En esta etapa de la vida, y del Unalome, intentamos descubrir quiénes somos y aprendemos a dejarnos llevar.
Una vez logramos salir de la espiral nuestra mente encuentra claridad sobre nuestra identidad y la duda desaparece.
A medida que la línea se endereza, quedando recta, nos acercamos a la iluminación, entonces habremos encontrado el camino hacia la paz interior.
Por último, el punto al final de la línea, separado del resto del Unalome, representa la incertidumbre sobre la vida. A pesar de haber alcanzado la iluminación, nunca sabremos la verdad absoluta, y de hecho, este es el regalo último que nos ofrece la vida.
Ahora quizás te preguntes qué tendrá que ver esto con el tema principal que es el yoga.
Bueno, mi viaje a través del yoga y el amor propio son parte de mi vida, mi camino y creo firmemente que esta aventura me ayudará a enderezar la línea de mi propio Unalome.
Námaste.
0 comentarios